27 de febrero de 2011

De libros rojos, verdes y marrones.



Hubo un tiempo, años 70 del siglo XX, en el que los revolucionarios del mundo iban por la vida con un libro y un fusil. El fusil normalmente era un Kaláshnikov. Pero en cuestiones de libros la variación era la norma.

EL LIBRO ROJO
El mas conocido de aquellos libros era el famoso Libro Rojo de Mao. Muchos partidos revolucionarios de Europa, América, África y Asia se apellidaban maoístas. Para mas precisión se apellidaban “marxistas- leninistas pensamiento Mao Tse Tung”. Era una recopilación de frases y citas del camarada Mao con la que se pretendía aleccionar al pueblo chino pero que tuvo un largo recorrido internacional al ser adoptada por muchos partidos revolucionarios del mundo. Después de la revolución cultural el libro sufrió un declive como fuente de inspiración política y yo creo que ya no lo lee ni el camarada Gonzalo, líder del grupo peruano Sendero Luminoso. En los años 70 el Libro Rojo, en realidad su título oficial era el de “Citas del Presidente Mao Tsetung”, acompañaba la vida de miles de revolucionarios y sus citas eran celebradas como la expresión suprema del pensamiento revolucionario. Espigando en sus contenidos uno puede leer simplezas como estas:
-“La producción de las masas, sus intereses, sus experiencias y su estado de ánimo: todo esto debe ser objeto de la constante atención de los cuadros dirigentes.”
-“Las clases luchan, una clases salen victoriosas, otras quedan eliminadas.”
-“Debemos apoyar todo lo que el enemigo combata y oponernos a todo lo que el enemigo apoye.”
-“Entre otras características de la población de seiscientos millones de China, se destaca su pobreza y desnudez. Esta parece una cosa mala, pero en realidad es buena. La pobreza impulse el anhelo de cambio, de acción, de revolución. En una hoja de papel en blanco, desnuda, se pueden escribir las palabras más nuevas y hermosas y pintar los cuadros más originales y bellos.”
Pero entre todas ellas la perla para mi gusto es esta frase digna de los Hermanos Marx:
“La contradicción y la lucha son universales y absolutas, pero los métodos para resolver las contradicciones, esto es, las formas de lucha, varían según el carácter de las contradicciones. Algunas contradicciones tienen un carácter antagónico abierto, mientras otras no. De acuerdo con el desarrollo concreto de las cosas, algunas contradicciones, originalmente no antagónicas, se desarrollan y transforman en antagónicas, mientras otras, originalmente antagónicas, se desarrollan y transforman en no antagónicas.”

EL LIBRO VERDE
En otros espacios mas cercanos a los pueblos de religión musulmana “triunfaba” por aquellos años un pequeño libro escrito por un joven coronel libio llamado Gadafi. El Libro Verde de nuestro coronel era un intento de combinar el pensamiento marxista antiimperialista con las ideas nacionalistas panárabes y el islamismo igualitario. En realidad erar tres libros en los que se sustanciaban ideas sobre el poder, la famosa idea del poder popular encarnado en el concepto de la yamahiria o el poder popular directo, las ideas económicas basadas en una especie de melée entre los conceptos marxistas de la planificación y la autogestión a la yugoeslava y, por fin, el difícil concepto de la “tercera vía” en la que Gadafi pretendía acumular y resolver en una nueva concepción las teorías liberadoras de la ilustración, las escatológicas de la religión y el pensamiento revolucionario procedente del marxismo. Era habitual que en el entorno de las embajadas libias en el mundo se celebrasen seminarios para instruir a intelectuales y estudiantes en las bondades de esta nueva teoría. Yo tuve el privilegio de asistir a alguna de estas reuniones propagandísticas. Todavía lo recuerdo con cierto sentimiento de vergüenza. Hasta catedráticos de renombre asistían a esas tenidas e incluso se quedaban traspuestos. Veamos algunas frases de aquel libro:
-“Las dictaduras más tiránicas que el mundo ha conocido se han establecido a la sombra de Asambleas parlamentarias.”
-“El partido es la tribu de los tiempos modernos... es la taifa.”
-“El “Libro verde” presenta la solución definitiva al problema del sistema de gobierno y traza el camino a los pueblos para pasar de las épocas de la dictadura a las épocas de la democracia verdadera.”
-“E l Congreso General del Pueblo no es el conjunto de miembros o de personas físicas, como en las Asambleas parlamentarias, sino el reencuentro de los congresos populares de base, de los comités populares, de las uniones y los sindicatos y de todas las agrupaciones profesionales.”
Para mi gusto, sin embargo, la perla mas lograda del Libro Verde es esta:
-“Una persona normal tiene el derecho de expresarse, incluso de
una manera incoherente para decir que es un loco.”. Podría ser un buen epitafio para la tumba a la que las circunstancias actuales parece que le empujan.

EL LIBRO MARRÓN
¡Juche! Era el título del libro que el camarada coreano Kim Il Sung ofreció al mundo para transmitir la esencia de su profundo pensamiento político. A mí me regalaron un ejemplar en una reunión constitutiva de una Asociación Hispano Coreana de Amistad-creo que el nombre oficial era Asociación de Amistad con Corea del Norte- que presidía Armando López Salinas. Era un libro en formato de cuarto con tapas duras de color marrón y las letras doradas. Debo tenerlo por algún estante todavía.
Creo que empecé a leerlo en algún rato de aburrimiento pero no consigo recordar lo mas mínimo del contenido. Parece ser que el libro es un exaltado grito a favor de la independencia nacional como razón última del estado coreano y que en ese destino cada coreano tiene un papel protagonista.
Parece ser que el libro no solamente pretende comprometer al propio pueblo coreano sino también inspirar la lucha de colectivos revolucionarios del mundo entero. No sabe uno como algo que por definición es una adaptación del discurso marxista a las especiales condiciones de Corea pueda servir en otros escenarios. Pero no me pidan a mi coherencia. Diríjanse ustedes al hijo de Kim Il Sung, el conocido como Kim Jong-il.
En el libro se dicen cosas como estas:
- “Estamos haciendo la revolución coreana. Y todo lo que a ella afecta, los coreanos saben cómo afrontarlo mejor que nadie. El aspecto fundamental de la revolución coreana, y que los coreanos decidimos, es que nuestra fuerza es el factor decisivo en nuestra victoria.”
- “Ningún extranjero puede darnos la receta de qué hacer con nuestra revolución. Para poder llevarla a buen fin con éxito, los coreanos, deben utilizar su cerebro, resolver los problemas con su enfoque, un enfoque que debe hacerse conforme a los intereses de la revolución coreana.”
- “Nuestro partido adoptó con fuerza la idea Juche, para resolver los problemas de la revolución y la construcción del socialismo con independencia, según las condiciones propias de nuestro país, con nuestro propios enfoques; y nosotros, todo el pueblo, formaremos una piña alrededor del espíritu de una autoafirmación que nos llama a crear una revolución y construcción del socialismo y el comunismo en nuestro país, con nuestros enfoques y los recursos de nuestro país, separándonos de la idea de depender de otros.”
Y hasta aquí mi crónica literaria del domingo. Que ustedes lo pasen bien.

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